No fue perfecto. No fue invencible.
Pero fue auténtico hasta el final. Y eso, en el mundo del entretenimiento, es casi una forma de resistencia.
Por eso Kurt no murió del todo. Porque cada vez que suena una canción de Nirvana, una parte de él sigue gritando por todos los que nunca supimos cómo hacerlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario