No voy a mentir: parte del culto a Cobain está atado a su muerte trágica. Pero reducirlo al “rockstar que se suicidó” sería insultarlo.
Kurt tenía una conciencia brutal: criticaba al machismo, al racismo, a la homofobia, al consumo vacío. Estaba adelantado a su época. En los 90 ya hablaba de salud mental, de ansiedad, de no encajar.
No fue solo su música. Fue su forma de vivir (y de no poder vivir) lo que lo hizo tan real.

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