Si hay una obra que desnuda a Kurt desde dentro, es el documental Kurt Cobain: Montage of Heck.
No es una biografía tradicional. No pretende convertirlo en mártir, ni en héroe.
Es una ventana emocional construida con sus diarios personales, dibujos, grabaciones caseras y pensamientos más oscuros.
Ver este documental es como entrar en su cabeza y escuchar directamente su dolor, su ternura, su sentido del humor raro, su lucha interna. No hay filtros. Solo caos, arte y verdad.
Y ahí está lo desgarrador: Kurt no era un ídolo. Era un niño herido con una guitarra como escudo.
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